miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hippie*

El tocaba “Cantata de puentes amarillos”. Yo lo escuchaba, tomando una cerveza, en la mesa de al lado. Cantaba como si nadie alrededor lo escuchara, o como si no le importara si lo hiciesen.
Yo lo escuchaba, y lo notó. Estuve marcando el tiempo de la canción sin darme cuenta, él me miraba mientras tanto. “No puedo darte la espalda”, me decía, casi como dedicándome el tema. Yo seguía escuchando.
Él había ido al bar con un amigo. Los dos venían desde Córdoba, pero nacieron en Capital. Yo iba siempre, pero nunca lo había visto, sin embargo nos mirábamos y asentíamos. Él hablaba hasta por los codos, yo asentía sólo con la cabeza; su amigo seguía la canción con los ojos cerrados.
El dueño del bar bajó las leyes: no puede haber música, sólo la del bar. En el bar no estaban pasando música, pero esas fueron las reglas; estrictas, para alguien que nunca las tuvo.
Terminó el tema y hablamos los tres: él, su amigo y yo. Contaba de sus viajes, su vida. Vivía de “hacer bondis”: tocar en colectivos por monedas, con eso pagaba las “cosas que le hacían mal”, pero vivía y ese día salió a festejar su cumpleaños número treinta.
Él no tomaba cerveza, o si, pero no más de un trago. Yo tomaba para no tener que hablar; sólo escuchaba, miraba, asentía. Tenía un hijo de ocho años, quién sabe dónde y un amigo –junto a él- que no veía hace tres lustros y que lo acompañaba en el festejo de su cumpleaños en un bar de Belgrano, en Capital, lejos de las casas de los dos; si no es que cada rincón del mundo era sus casas.
Yo tenía que irme; y me fui. Nos saludamos y le deseé un feliz cumpleaños. Él y su amigo saludan. Me dice: “Gracias por escucharme” y no se me ocurrió más que sonreir.
Cuando ya me alejaba me grita: “Adios, chico sin nombre”, pero ya era tarde para volver. Ya éramos devuelta dos desconocidos.

H.O.


*Va dedicado al querido Henry, el cual, solo por mera comodidad en el relato, decidí omitirlo de la historia en la que él también fue partícipe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario